En Argentina, un escritor que dice haber vivido en carne propia la angustia de ser feo, ha lanzado una campaña para que se cobre un impuesto a las personas de acuerdo a su belleza y que lo recaudado sirva para subsidiar a los feos y “reparar su sufrimiento”.
Según el autor, el debate que espera generar busca poner sobre la mesa temas como la importancia de representar en los desfiles de modas a personas de todas las contexturas físicas
Según el autor, el debate que espera generar busca poner sobre la mesa temas como la importancia de representar en los desfiles de modas a personas de todas las contexturas físicas
Gonzalo Otálora, de 31 años y autor del libro “Feo” –que relata sus padecimientos- asegura que ya presentó la propuesta al Presidente Néstor Kirchner y dijo esperar una pronta respuesta del mandatario, a quien considera poco atractivo.
El escritor relató que de chico usaba anteojos, frenos y tenía muchos granos, y que fue objeto de burla de sus compañeros y de rechazo de las chicas en las discotecas. Cuando buscaba empleo, añade, se sentía tan feo e inseguro, que no conseguía nada.
El escritor relató que de chico usaba anteojos, frenos y tenía muchos granos, y que fue objeto de burla de sus compañeros y de rechazo de las chicas en las discotecas. Cuando buscaba empleo, añade, se sentía tan feo e inseguro, que no conseguía nada.
"Los feos no tienen los mismos derechos"
También comentó que pensó que haciendo dieta, yendo al gimnasio y sometiéndose a cirugía estética, podría ser feliz. “Y me di cuenta que hice todo eso y no me sentía pleno. No me cambió la vida", agregó..
Para Otálora, en Argentina los feos no tienen los mismos derechos que las personas bonitas y que su libro es un “paliativo” en un país en donde “se dice que las argentinas son las más lindas del mundo”.
Según el autor, el debate que espera generar busca poner sobre la mesa temas como la importancia de representar en los desfiles de modas a personas de todas las contexturas físicas; crear en las escuelas un ambiente que desaliente las burlas y controlar la importancia que las empresas dan a la apariencia al momento de seleccionar personal.
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